Estudio de Caso
El sector oriental del Valle Central de Costa Rica es una zona de tradicción cafetalera debido a factores como el clima y la fertelidad de suelos. Sin embargo, la expansión de la frontera agrícola en décadas pasadas generó la fragmentación de las masas boscosas, que son críticas para la conservación de fuentes que abastecen diversas comunicades de la zona.
Pese a la expansión de diversas áreas silvestres protegidas en la región como los parque nacionales Juan Castro Blanco y volcán Poás, la reserva Biológica Alberto Manuel Brenes, la Reserva Biológica Grecia, las Zonas Protectoras Cerro Atenas y El Chayote, así como el Corredor Biológico Monte del Aguacate, existía un vacío de conservación en la zona del anillo formado por áreas silvestres protegidas. Esa zona pertenece al cantón de Naranjo, donde el cultivo del café alcanza el 43,6% del territorio y la cobertura boscosa un 15,8%. Además, están presentes varios afluentes del río Colorado.
Es por eso que el grupo ECOM, propietario de J.F Orlich en Costa Rica, junto a su más grande socio comercial en café, Nespresso, desarrollaron a partir del 2014 el proyecto “Red de Conexión Biológica río La Isla – río Cocora, en el Cantón de Naranjo” pensando en ir más allá de los procesos de certificación. La iniciativa cuenta también con el apoyo de la Fundación para el Desarrollo de la Cordillera Volcánica Central (FUNDECOR), el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) y la Municipalidad de Naranjo.
El objetivo fue diseñar una red de conexión biológica que uniera las fincas pertenecientes al programa de calidad sostenible AAA Nespresso y con la certificación de Rainforest Alliance, presentes en la microcuenca del río Cocora y el río La Isla, en el cantón de Naranjo, que también son parte del conjunto de productores de café que abastecen a F.J Orlich.
La primera etapa contempló el trabajo con 27 productores de variado tamaño, que ingresaron de forma voluntaria al proyecto, el 85% de los cuales posee una finca que es atravesada por un río o quebrada.
Por medio de la imagen facilitada por FUNDECOR, se determinó aquellas áreas donde hacía falta vegetación para crear el corredor y se asesoró a los productores sobre el tipo de prácticas de conservación de suelos que debían llevar a cabo, así como los árboles para sembrar en los caminos, los linderos de la finca y en las márgenes de los ríos, que también pudieran servir como un segundo producto, según el interés del productor, como es el caso de frutales, ornamentales, maderables, etc.
Las visitas a las fincas incluyeron un estudio florístico, una caracterización del sistema de manejo y un mapeo mediante GPS. Además, se visitaron diferentes captaciones de acueductos administradas por dos ASADAS, los Robles y Cirrí
Para cada productor se confeccionó un boletín con información sobre la red, la lista de árboles de su finca y el mapa. También se entregaron dos rótulos por finca para hacerlas constar como miembros de la Red de Conexión Biológica Río La Isla – Río Cocora.
El éxito de esta primera etapa, provocó que se diseñara una segunda red de conexión biológica en la cuenca del río Molino, también afluente del río Colorado, con la participación de 38 fincas más.
Si bien el proyecto no cuenta aún con estudios de monitoreo biológico para determinar de forma científica la abundancia de especies a raíz de los esfuerzos realizados, los productores sí notan una presencia de animales que antes no se encontraban o con tanta frecuencia.
Este es el caso de Heiner Barrantes, un productor de café de Los Robles de Naranjo, quien posee una finca de café que colinda con La Zona Protectora El Chayote y, luego de reforestar, ha observado la presencia de numerosas aves, incluyendo tucanes, y otros animales como armadillos (Dasypus novemincinctus) y perezosos (Bradypus variegatus). La presencia también de un gran depredador como el coyote (Canis latrans) indica la existencia de una cadena alimenticia sana.
Arboles como el laurel (Laurus nobilis) y el ciprés, sembrados a la orilla del río y en los linderos del cultivo, actúan como barreras tapa vientos en una zona de altura. Como señala Barrantes: “se colabora también con el medio ambiente y el río se mantiene limpio y con buena agua”.
Con el fin de obtener los árboles que cada productor requiere sembrar, el proyecto se unió a otro que ya tenía la compañía también con su socio comercial Nespresso, denominado: Red de Viveros Forestales ECOM-Nespresso”. Este proyecto dota de forma gratuita el material vegetativo que los productores necesitan sembrar.
En una etapa inicial, se compraban árboles a las universidad públicas y al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE). No eran árboles específicos para la zona de Occidente y muchos eran exóticos, no deseados para la certificación. Además, el costo por transporte y distribución disminuía el presupuesto para la compra de más árboles.
Fue así como a partir del 2015 se inició con el trabajo de apoyo a la creación de Viveros locales mediante capacitación y seguimiento. Se inició con dos viveros actualmente en manos de mujeres productoras de café de la zona y la meta es establecer seis viveros más en el 2016 y reforestar alrededor de 25 mil árboles por año como parte de esta iniciativa.
De esta forma, se incorpora a las mujeres de las fincas en el dinamismo económico incrementando los ingresos del núcleo familiar y se obtiene material arbóreo de mayor calidad y en el tiempo adecuado para la siembra. Tampoco se incurre en gastos de transporte y los productores pueden retirar los árboles directamente en los viveros.
Las especies que se producen en los viveros y que el proyecto paga a las productoras a precios de mercado, son nativas de Costa Rica por lo que se desarrollan en las condiciones climáticas, ambientales y edáficas de la zona de Occidente. Asimismo, crecen de modo óptimo en asocio con el café y le permiten al productor aprovechar las características económicas y ambientales, ya que son especies de uso múltiple, maderables, ornamentales, para atracción de aves y la recuperación de zonas de protección, como nacientes y orillas de ríos.
Algunas de estas especies son caoba (Swietenia macrophylla), cedro (Cedrela odorata), roble sabana (Tabebuia rosea), cortez negro (Tabebuia impetiginosa), guanacaste (Enterolobium cyclocarpum) y guachipelín (Diphysa americana).
La iniciativa de red de conexión biológica ha permitido estrechar la relación entre los productores, que representan una buena parte de la base del negocio de producción y comercialización de café de ECOM en Costa Rica, así como con Nespresso, su principal socio comercial para este producto en el exterior.
Esto genera una relación de confianza a largo plazo de la empresa con los productores en un objetivo común, que también garantiza el mantenimiento de las fuentes de agua para las diversas necesidades de la región de Occidente, incluyendo el mismo cultivo del café. La iniciativa también facilita el mantener los estándares que requieren las certificaciones de sostenibilidad y calidad que exigen clientes y socios como Nespresso.
La sección occidental del Valle Central del país, donde se ubica el proyecto de conexión biológica, tiende a ser seca, lo cual podría exacerbarse aún más en el futuro con el cambio climático, poniendo en peligro las fuentes de agua si no se hace nada al respecto, ya que las áreas silvestres protegidas presentes en la región no son suficientes. La conexión boscosa también es importante para garantizar el flujo de las especies tanto vegetales como animales.
Asimismo, un aumento mayor en la temperatura, que algunos productores ya están notando, aumenta el riesgo de enfermedades en el café, como la roya y el ojo de gallo. La primera tiende a proliferar durante periodos con la presencia del fenómeno de El Niño, mientras que la segunda, con La Niña. Es por eso que en estas fincas la presencia de árboles brinda sombra que no solo es aprovechada por diversas especies, como las aves, sino que también protege al cultivo. Igualmente, existen barreras tapa vientos que protegen de eventos climáticos extremos, adaptando al café a las amenazas presentes y futuras.
El trabajo para un propósito conjunto también motiva al productor y empuja a aquellos indecisos que ven involucrados a sus vecinos, facilitando el trabajo de la compañía hacia lograr estándares de calidad y sostenibilidad más altos, que incrementan la competitividad del producto en los mercados internacionales.
El proyecto de red de conexión biológica contribuye grandemente con muchas de las metas de Aichi para la Conservación de la Diversidad Biológica. Estas metas fueron adoptadas en 2010 por los países miembros del Convenio sobre la Diversidad Biológica de Naciones Unidas (CDB).
La meta 1 establece que para el 2020, a más tardar, las personas tendrán conciencia del valor de la diversidad biológica y de los pasos que pueden seguir para su conservación y utilización sostenible. La iniciativa desarrolla una gran labor de sensibilización y capacitación de productores de buenas en el tema de buenas prácticas productivas y de conservación.
Además, la iniciativa aporta a la meta 5 que señala, por su parte, que para el 2020 se habrá reducido por lo menos a la mitad y, donde resulte factible, hasta un valor cercano a cero, el ritmo de pérdida de todos los hábitats naturales, incluidos los bosques, y se habrá disminuido de manera significativa la degradación y fragmentación.
También apoya la meta 7, que afirma que para el 2020 las zonas destinadas a agricultura se gestionarán de manera sostenible, garantizándose la conservación de la diversidad biológica.
Asimismo, aporta a la meta 14, que sostiene que para el 2020 se han restaurado y salvaguardado los ecosistemas que proporcionan servicios esenciales, incluidos servicios relacionados con el agua y que contribuyen a la salud, los medios de vida y el bienestar, tomando en cuenta las necesidades de las mujeres, las comunidades indígenas y locales y los pobres y vulnerables. Este el caso de la protección de fuentes de agua que abastecen a comunidades aledañas.
Finalmente, apoya también la meta 15 en cuanto a incrementar la resiliencia para el 2020 de los ecosistemas y la contribución de la diversidad biológica a las reservas de carbono, mediante la conservación y la restauración, incluida la restauración de por lo menos el 15 por ciento de las tierras degradadas, contribuyendo así a la mitigación del cambio climático, a la adaptación al mismo y a la lucha contra la desertificación.
La iniciativa de red de conexión biológica ha demostrado ser una opción ecológicamente viable para conectar fincas cafetaleras y áreas silvestres protegidas cercanas y de una forma que beneficie también al productor con productos complementarios, en una relación de confianza con la empresa que compra su producto.
La iniciativa tiene aún el desafío de conseguir fondos y aliados para el mantenimiento de lo ya realizado y avanzar hacia nuevas etapas. Esto implica afinar el tipo de especies que son las más aptas, según un diagnóstico de demanda de especies maderables y para otros usos que ya se inició. Existe también el reto de incorporar un sistema de monitoreo y evaluación biológica con el fin de medir el impacto positivo de las acciones de conexión en la biodiversidad de la zona.
Se tiene proyectado, además, crear un manual que guíe al productor en el manejo que debe darle a los árboles con el fin de asegurar un mayor éxito, así como asesorarlo para ingresar en el Programa de Pago por Servicios Ambientales en la modalidad de sistemas agroforestales, con el objetivo de que pueda recibir un ingreso extra de parte de este programa estatal por los servicios ambientales que está generando.
La Red de Conexión Biológica río La Isla – río Cocora, en el Cantón de Naranjo, se ha constituido en un modelo de negocios y conservación de la biodiversidad para replicar en otras zonas cafetaleras tanto de Costa Rica como del exterior con la presencia de áreas silvestres protegidas cercanas y áreas de cultivo certificadas o con potencial de certificación.
Las prácticas de conservación realizadas permiten tener un beneficio ambiental, que favorece la adaptación del cultivo a cambios climáticos y su acceso a fuentes de agua tanto en el presente como en el futuro, con el beneficio del abastecimiento de este líquido también para las comunidades locales.
Además, favorece la presencia y flujo de la biodiversidad, al mismo tiempo que le genera otras actividades económicas complementarias al propietario, derivadas del tipo de árboles sembrados en la finca. Con los viveros forestales también se favorece el desarrollo de encadenamientos económicos, asegurando a la vez puede posibilitarles a los productores obtener ingresos futuros adicionales como parte de su incorporación en el Programa de Pago por Servicios Ambientales. La inversión de la empresa en el proyecto se ve reflejada en una relación de confianza más estrecha con los productores, que generan buen parte de la base del negocio de la compañía en el país y se asegura que estos cumplan con las normas de sostenibilidad y calidad que exigen socios comerciales también presentes en este iniciativa, como lo es Nespresso. Los productores también comprenden que la sostenibilidad es parte integral de su negocio. Un producto de calidad con costos menores y un mayor beneficio local. El ser parte del proyecto también.
Nombre: F.J Orlich, perteneciente al grupo suizo ECOM Agroindustrial Corp. Ltd.
Año de Fundación: 1992.
Actividad y operaciones en Costa Rica: ECOM Agroindustrial Corp. es una compañía productora y comercializadora principalmente de café, algodón y cacao. La compañía representa uno de los tres mayores comercializadores de café, uno de los más grandes beneficiadores de café del mundo y está incluida entre los cinco mayores comercializadores de algodón y cacao. En Costa Rica está dedicada exclusivamente al café.
Operaciones Internacionales: La compañía tiene 150 años de experiencia y tiene presencia en 40 países.
Operaciones en Costa Rica: La empresa cuenta con fincas alquiladas en producción de café, beneficos y también trabaja con 2500 productores independientes de diverso tamaño, especialmente pequeños y medianos distribuidores tres clusters en el país, sector Occidental del Valle Central, Valle de Orosi y la Zona de los Santos, donde también existen beneficios. Cerca de 578 productores están actualmente certificados con las normas Triple A(AAA) de Nespresso y Rainforest Alliance.