Estudio de Caso
La macadamia es reconocida internacionalmente como la nuez más fina del mundo. Este estatus lo logra por su alto contenido nutricional de ácidos grasos esenciales, además de que es altamente apetecida en la gastronomía y como producto de belleza. Desde el punto de vista ambiental, la macadamia también representa una opción ideal para reforestación, captura de C02, retención de agua y conservación de la biodiversidad.
Con el fin de aprovechar todos estos beneficios y desarrollar un modelo de negocios que involucrara al pequeño productor local, el empresario Jesús Moreno Portalatín, juntos a sus hermanos, el Consorcio Ambiental Dominicano (CAD), el Instituto de Desarrollo de la Economía Asociativa (IDEAC) Y EL EMPRESARIO Manuel Arsenio Ureña, fundaron en marzo del 2014 en República Dominicana la empresa Comercializadora Los Montones con su marca «La Loma».
La macadamia, nuez originaria de Australia, llegó a la isla cuando la ONG Plan Sierra promovió su cultivo para reparar el daño causado por el huracán David en 1979. Sin embargo, no tuvo mayor acogida hasta que la empresa Los Montones decidió convertirla en un producto comercial, iniciando en noviembre del 2005 con una línea de galletas wafers rellenas de crema de macadamia y recubiertas de chocolate con trocitos de macadamia. Esta oferta fue complementada un año más tarde con la venta de nueces enteras y picadas al granel y envases de macadamia con y sin sal en frascos de cristal de 4.5 onzas, los cuales fueron sustituidos por envases de cartón biodegradables en el 2008.
Ya en 1995 se había dado un primer paso con la creación del helado de macadamia Etiqueta Negra de Helados Bon. De Costa Rica se importó toda la maquinaria industrial requerida para el procesamiento de las nueces de macadamia en concha, convirtiéndose así la Comercializadora Los Montones en la primera y única planta para la Producción de Macadamia en República Dominicana y el Caribe.
Desde finales del año 2006 hasta el 2008, la empresa se dedicó a ampliar sus canales de distribución pasando de Heladerías Bon a supermercados, farmacias, hoteles, tiendas de regalos, pastelerías y restaurantes. A finales del 2008, se desarrollaron y lanzaron 2 nuevos sabores de la línea 4.5 onzas, macadamia con pasas y macadamia caramelizada, sabores que se unieron a los tradicionales de macadamia con y sin sal. Durante el 2009, esta nueva gama de productos fortaleció el posicionamiento de la marca La Loma a nivel nacional y se obtuvo el reconocimiento de “Modelo Empresarial Sostenible” por parte del Centro de Innovación Atabey. También se creó el turrón de macadamia.
La empresa coloca actualmente en el mercado local de 25.000 a 30.000 quintales de nueces al año generadas de forma 100% orgánica y tiene la meta de exportar a mercados como el norteamericano, europeo y asiático a más tardar a partir del 2018 con una nueva planta industrial que le permita manejar mayores volúmenes.
Asimismo, como una iniciativa empresarial colateral, se lleva a cabo un proyecto de producción de miel de abeja, cuyo interés inicial es el mejoramiento de la productividad por polinización y, como resultado, las colmenas están interactuando muy bien con el paquete orgánico.
La empresa ha sido exitosa en lograr una selección genética, en la que ha logrado variedades que mejor se han adaptado a las características locales y condiciones climáticas, aunado a un paquete de cultivo orgánico con buenos resultados y el involucramiento creciente de los productores.
La Loma desde su fundación, ha buscado ser un modelo sostenible de negocio, pionero en la República Dominicana, para todos los integrantes que componen la cadena de valor y su entorno, con impactos positivos a nivel económico, social y ambiental.
Además del potencial reforestador del árbol de macadamia, el cultivo es llevado a cabo por productores independientes, actualmente 32 en total y ocho en espera, que adquieren los árboles en los viveros certificados por La Loma, de los cuales la mayor parte son pequeños productores.
A partir del 2010 se inició con la iniciativa “Bonos Verdes de La Loma”, la cual promueve la reforestación de la República Dominicana mediante la captación de inversión y el apadrinamiento de árboles de macadamia certificados para entregar a estos pequeños productores y sus familias en zonas rurales, apelando también a un concepto de consumo responsable.
Esta iniciativa busca lograr el aporte de instituciones públicas, privadas y personas físicas, que permita otorgar, junto a los árboles, un paquete tecnológico de cultivo y post cosecha a los pequeños productores rurales, previamente evaluados en función de terrenos adecuados y actitud de compromiso.
Los beneficios que se resaltan son una reforestación productiva y rentable por más de 100 años, la fijación de 4 toneladas de C02 por hectárea al año, la protección de nacimientos de ríos, la reducción de la erosión de los suelos, la reconstrucción de ecosistemas de montaña, la creación de empleos dignos en zonas rurales y urbanas, la generación de ingresos económicos para familias de pequeños productores y la promoción de una cultura de consumo responsable.
Todo el protocolo de cultivo y transferencia tecnológica se realiza de forma orgánica. Con preparados orgánicos controlan las plagas de forma natural, lo cual ha dado buenos resultados. Y, de esta forma, las plantaciones de macadamia están convirtiendo terrenos sin cobertura boscosa, como es el caso de antiguas fincas ganaderas, en bosques productivos. La compañía tiene como política enfocarse en estos terrenos y donde se establecen plantaciones también se conservan zonas o dentro de la finca con especies nativas y se protegen las fuentes de agua y zonas de humedal.
Las grandes raíces de la macadamia, que penetran el suelo a más de dos metros de profundidad, contribuyen, además, a la retención hídrica de los suelos y ayudan a controlar la evaporación del agua en los mismos.
Los parceleros aprovechan, asimismo, las denominadas calles, que son el espacio que resta entre las líneas de árboles, para cultivos de ciclos cortos como frijol gandul, yuca, camote, rábano y habichuelas.
La empresa también cuenta con dos fincas propias, una certificada como orgánica y otra en proceso de certificación y también planea en un futuro cercano contar con las certificaciones de Bird Friendly y Rainforest Alliance.
Fuera de la República Dominicana, maneja también parcelas demostrativas en Haití con material vegetativo certificado y el apoyo de la cooperación internacional. El propósito es cultivar en ese país, que cuenta con uno de los índices de deforestación más altos en el mundo, con la participación también de pequeños productores.
Además de que el modelo de producción de Macadamia La Loma permite la reforestación de áreas degradadas o sin cobertura forestal y, con ello, la protección de acuíferos, de la biodiversidad, la fijación de carbono y la reducción de la erosión, la empresa ha ido más allá al crear la Reserva El Zorzal, la primera reserva privada en el país, ubicada en San Francisco de Macorís, en la Cordillera Septentrional.
La reserva fue creada con el objetivo de proteger el ave conocida como Zorzal de Bicknell, una especie migratoria que se encuentra en Estados Unidos y República Dominicana y está amenazada por la pérdida y la fragmentación de su hábitat natural: el bosque latifoliado tropical. De ahí el nombre que se le ha dado al programa de conservación del zorzal migratorio: “Dos mundos, un ave”.
El proyecto de red de conexión biológica contribuye grandemente con muchas de las metas de Aichi para la Conservación de la Diversidad Biológica. Estas metas fueron adoptadas en 2010 por los países miembros del Convenio sobre la Diversidad Biológica de Naciones Unidas (CDB). La meta 1 establece que para el 2020, a más tardar, las personas tendrán conciencia del valor de la diversidad biológica y de los pasos que pueden seguir para su conservación y utilización sostenible. La iniciativa desarrolla una gran labor de sensibilización y capacitación de productores en el tema de buenas prácticas productivas y de conservación.
Además, la iniciativa aporta a la meta 5 que señala, por su parte, que para el 2020 se habrá reducido por lo menos a la mitad y, donde resulte factible, hasta un valor cercano a cero, el ritmo de pérdida de todos los hábitats naturales, incluidos los bosques, y se habrá disminuido de manera significativa la degradación y fragmentación.
También apoya la meta 7, que afirma que para el 2020 las zonas destinadas a agricultura se gestionarán de manera sostenible, garantizándose la conservación de la diversidad biológica.
Asimismo, aporta a la meta 14, que sostiene que para el 2020 se han restaurado y salvaguardado los ecosistemas que proporcionan servicios esenciales, incluidos servicios relacionados con el agua.
Finalmente, apoya también la meta 15 en cuanto a incrementar la resiliencia para el 2020 de los ecosistemas y la contribución de la diversidad biológica a las reservas de carbono, mediante la conservación y la restauración, incluida la restauración de por lo menos el 15 por ciento de las tierras degradadas, contribuyendo así a la mitigación del cambio climático, a la adaptación al mismo y a la lucha contra la desertificación.
Macadamia La Loma ha logrado ganar el mercado de República Dominicana con un modelo de negocios que privilegia los aspectos sociales y ambientales a la par del económico y apunta a mercados internacionales en el corto plazo. El proceso no ha sido fácil, ya que requiere de tiempo e inversión.
La empresa tiene el desafío de lograr la meta de 200 productores involucrados en el cultivo de la macadamia frente a los 40 de la actualidad, así como extender su programa de Bonos Verdes de La Loma para interesar a empresas públicas y privadas, así como a individuos a contribuir con la reforestación en la República Dominicana apoyando al pequeño productor y ejerciendo un consumo responsable.
También tiene el reto de desarrollar actividades complementarias al cultivo de la macadamia, con el fin de ampliar las opciones de sostenibilidad no solo en las plantaciones, sino también en la reserva El Zorzal, donde convivan la visitación turística y el intercambio científico.
En su área productiva se está planeando cultivar otros productos como la vainilla y la pimienta e iniciar con la producción de miel junto al desarrollo de actividades ecoturísticas como la creación de infraestructuras para la acogida de visitantes, el avistamiento de aves y el disfrute de la biodiversidad presente en la Cordillera Septentrional.
Otro desafío es contar con estudios biológicos que reflejen la existencia e incremento de la biodiversidad asociada a la producción orgánica. En poco más de una década de existencia, la empresa ha demostrado que el cultivo de la macadamia puede ser rentable a la vez que contribuye a la conservación del bosque, la fijación de carbono y la protección de fuentes de agua. También, que producir de forma orgánica y complementariamente a otras actividades empresariales en armonía con la naturaleza es el mejor seguro ante riesgos como enfermedades de los cultivos, erosión del suelo, sequías y baja productividad.
Macadamia La Loma ha mostrado que desarrollar un modelo de producción orgánica con un alto componente de reforestación y complementario a otras actividades empresariales compatibles con la conservación de la biodiversidad y los servicios ambientales, así como abierto a la participación y formación de pequeños productores, es exitoso y cuenta con el respaldo del mercado.
Como resultado, la macadamia ha pasado de ser un producto desconocido a convertirse en uno altamente apetecido en el mercado dominicano y con gran potencial de exportación a mercados internacionales. También ha permitido la conservación de especies en un modelo novedoso de conservación privada para la República Dominicana, como es el caso del Zorzal de Bicknell y que están amenazadas por la pérdida y la fragmentación de sus hábitats naturales. Especies como el Zorzal de Bicknell son también fuente de otras actividades empresariales compatibles con la conservación, como lo es el ecoturismo. Estos esfuerzos, aparejados a beneficios sociales, que también evolucionan con el tiempo según las necesidades de los trabajadores, han contribuido a mantener una base laboral estable, motivada y saludable, que también favorece el negocio.
Nombre: Comercializadora Los Montones, con su marca «La Loma.
Año de Fundación: 2004.
Actividad: La empresa se dedica a la agricultura orgánica, princicplamente de cacao y macadamia con la participacxión de pequeños productores y reserva privada con petencial eco-turístico y de investigación.
Mantiene sus operaciones en el mercado dominicano, con planes de expasión a diversos mercados, como lo son el norteamericano, europeo y asiático, a más tardar del 2018.
Número de Colaboradores: 18 colaboradores directos y 40 parceleros asociados.
Fuentes de información